En esta entrada quiero contaros la experiencia de mi parto.
Bueno, ya os adelanté que Marcos nació por cesárea y tengo que contaros que eso de "la mejor experiencia del mundo" no lo comparto. Para mi ha sido mas que traumático.
Ingresamos en el hospital para inducir el parto porque el embarazo llegó a 41 semanas y 3 días y Marcos no tenía intenciones de salir. El martes 28 comenzaron a provocar el parto a eso de las 10 de la mañana y dos días después no habíamos adelantado mucho así que el jueves 30 decidieron ponerme oxitocita, nos dijeron que ya del jueves no pasaba. Para nuestra sorpresa y la de la ginecóloga, al ratito de poner la oxitocina la cosa iba ya muy adelantada. Nos dio muchos ánimos, ya que después de dos días con contracciones y sin novedades estábamos un poco desmoralizados. En seguida me pusieron la epidural y el parto siguió adelante igual de rápido, y aquí es donde la cosa se empezó a torcer...
La dilatación estaba casi completa pero la cabeza estaba muy alta y empezamos a empujar. Marcos era demasiado grande y empezó a darnos señales de que no cabía así que la doctora decidió hacer una cesárea de urgencia.
En todo momento tuve a mi lado al anestesista que me iba contando lo que iba pasando y explicándome lo que iba a pasar.
Tras pocos minutos, que se me hicieron eternos, consiguieron sacar al grandullón, cosa que no fue fácil. El anestesista me explicó que mientras me cosían, el pediatra revisaría a Marcos y en seguida me lo enseñarían. Así fue, pero entre que me lo pusieron demasiado cerca para que lo besara y que me habían quitado las gafas, no pude verlo.
A él lo sacaron con su papá y a mi me llevaron a reanimación.
Así que si os soy sincera, eso de "en cuanto le ves la carita se te olvida todo", no, no se olvida, pero si que compensa.
