Antes de nacer el bebé ya eres mamá y ya te vas percatando, como por ejemplo, que se puede sobrevivir con dos pantalones, tres camisetas y un par de zapatos, el resto del armario sobra. En cuanto al aspecto, también da igual que tengas unas ojeras tremendas, no te empeñas en taparlas con corrector porque cuando sales a la calle la gente te saluda a la barriga, dejan de mirar si te has maquillado o si vas bien peinada.
Una vez que nace el bebé, el tiempo es un bien muy escaso... Cuando antes necesitabas media hora solamente para ducharte, ahora esa misma media hora te cunde para ducharte, desayunar, vestirte ¡¡y hacer la cena!!
Sales de tiendas y solo miras ropa y zapatos minis, ya no miras nada para ti, a no ser que sea necesario; y por necesario me refiero a unas sandalias porque las que usas tienen agujeros en la suela.
Un dolor de cabeza o de muelas que antes te impedía levantarte de la cama ahora ya no son nada, la mayoría de veces no necesitan calmante porque desaparecen sin que te des cuenta, solo te acuerdas de ellos cuando por fin te metes en la cama. Y si al peque lo que le apetece es echarle sonrisas a la lámpara de la habitación, gustosamente le enciendes la luz aunque sean las cuatro de la mañana, se te olvida la hora y te quedas boba mirando cómo se ríe y suelta sus "agos".
Aprendes que quizás el mejor momento para cocinar o planchar son las doce de la noche y que a veces costaba compartir la cama solo con uno y ahora cabemos tres y sobra sitio.
Estas son solo algunas cosas y seguro que con el tiempo iré aprendiendo muchas mas.
Hoy, además del segundo cumplemés de Marcos, es el cumple de la abu.
¡¡FELICIDADES MAMÁ!! ¡¡FELICIDADES ABUELA!!
