Marcos es Marcos muy desde el principio. Su papá y yo teníamos muy claro que queríamos un nombre corto, sencillo, que no estuviera repetido y pensé que iba a ser tarea complicada, porque la familia es muy extensa pero nos resultó muy fácil, nos pusimos de acuerdo enseguida cenando tranquilamente en el Foster. Por entonces no sabíamos si sería niño o niña, pero en esa misma cena se decidió el nombre tanto para uno como para otra.
La primera vez que vimos a Marcos era un 7 de noviembre y estaba muy tranquilo, el doctor tuvo que molestarlo un poco para que se moviera y nos pareció un astronauta, con su por entonces desproporcionada cabeza y esos movimientos lentos. Nos vinimos para casa sabiendo que de momento todo estaba bien pero no mucho mas.
En la siguiente ecografía (2 de enero de 2013) ya dejamos de llamarlo astronauta para llamarlo definitivamente por su nombre. No tenía nada que ver con la primera. Era mucho mas grande, no paraba de mover las piernas y ya se veían algunos rasgos, como por ejemplo, que se chupa el dedo como su tía Laura y que la nariz y los morritos son de papá.
Así que de momento puedo contaros que a Marcos le gusta el ratito de después de comer en el sillón y la tarde noche en el sofá que se dedica a patear, y las croquetas (aunque no sabemos aún a quíén le gustan mas, si a él o a mí).
Ahora es ya incluso más grande, quizás siga chupándose el dedo (cosa que no le aconsejo). Cosa más bonita...
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